Desborde narrativo 1. No se puede responder eso, las tropas avanzan, los hombres marchan, la niebla se disipa, los cuerpos posados en el suelo, casi bellos, atravesados por balas, espadas, palabras, o simplemente derribados por su emoción. Queda ahora el palacio, su majestad mira con desdén como el mundo muere, y ríe. Ríe salvajemente. Ríe con todo lo que sus pulmones le pueden dar.
Cómo había prometido Damian, las cosas siguieron su curso natural, y cualquier achares que hubiera tenido sobre cómo iba a cambiar su relación, se borró por completo. Después del coaching con Miss Goodness, continuaron una hora excepcional, repasando todas sus escenas juntos. Y todo corrió como si no hubiera pasado nada. De repente encontraba la mirada de Damian sobre ella cuando tomaban una pausa para descansar. Cuando el ensayo terminó, Raven bajó el cierre de su leotardo, agitando la tela de su pecho para refrescarse. Sacó un gancho del closet y empezó a colgar la falda delicadamente, pero cuando se inclinó para dejarla nuevamente en el closet, las manos de Damian se posaron sobre su cintura. Podía sentir su respiración acariciando su piel cuando se acercó por completo contra su oído.
Casi cada bombilla en la planta abad de la casa había sido reemplazada por una de color rojo, por lo que era una mierda apalabrar de ver algo. Todos los rostros parecían iguales. Pero estaba seguro de que Del no estaba entre la multitud, así que se dirigió hacia abajo. A ella le gustaba aventurar al escondite. Cada vez que iban a una fiesta, era solo cuestión de tiempo antes de que desapareciera.
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