Para hablar de personalidad sumisa, este tipo de comportamientos deben darse también en relaciones personales en las que no hay una jerarquía oficial o explícita: por ejemplo, en una relación de amistad o en un matrimonio. Por otro lado, tener un tipo de personalidad sumisa no es incompatible con mostrarse dominante con determinadas personas o en determinados contextos; simplemente se trata de una tendencia general. Eso sí, estos casos en los que la persona toma un rol protagonista o de liderazgo deben ser menos frecuentes que aquellos en los que manifiesta sumisión. De hecho, es posible que este aspecto de su personalidad destaque mucho menos que otros rasgos de su manera de ser. Por otro lado, la personalidad es hasta cierto punto flexible y cambiante, si bien en comparación con otros conjuntos de rasgos psicológicos se muestra relativamente estable con el paso de los años. Sin embargo, no es frecuente que estas formas de personalidad cambien radicalmente en poco tiempo semanas a no ser que existan psicopatologías que alteren el funcionamiento del cerebro.
La paradoja del poder en las amistades sexuales Fact checked El artículo ha sido verificado para garantizar la máximo precisión posible el contenido incluye enlaces a sitios de medios acreditados, instituciones académicas de investigación y, ocasionalmente, aprendizaje médicos. En este artículo revisaremos cómo, a medida que se gana eficacia, las relaciones sexuales pueden verse afectadas. Escrito y verificado por el psicólogo José Padilla. El poder entendido de esta forma puede manifestarse de diferentes modos y afectar a dichas amistades tanto positiva como negativamente. La paradoja del poder ocurre cuando una andoba que ha ganado poder empieza a perder las cualidades positivas que la llevaron a la posición de eficacia que ocupa en la actualidad. Es decir, la persona asciende en actuación de sus buenas cualidades, pero su comportamiento empeora cada vez que lo hace. Aquellas actitudes o comportamientos que en un principio propiciaron una mejor relación, se difuminan o desaparecen en la misma proporción en que se gana poder en la relación venéreo. Es conocido que el poder tiene la capacidad de corromper. En el plano sexual sucede lo mismo con determinadas personas.