Existe en nuestra sociedad algo peor que no querer ser madre. Pensar y, sobre todo, decir que ha sido un error haberlo sido. Donath recopila y analiza con agudeza 23 testimonios de mujeres que aseguran haberse arrepentido de haber sido madres. Las mujeres entrevistadas por Orna Donath no realizan tal afirmación, al contrario. Lo que emerge de la lectura de sus entrevistas es que de lo que se arrepienten es de no haber podido vivir sus vidas como realmente las hubieran querido vivir. Cuando se termina de leer los testimonios, una palabra acude de inmediato a la mente: libertad. La libertad de cualquier persona de vivir la vida como la quiera vivir y no de acuerdo con las convenciones ni las presiones de determinados ambientes ni de sus parejas.
Emil 9 años ago Error: Yo soy mujer y no me siento carencia bien con esta carta, la realidad me hace sentir dominada, como un objeto, una posesión. No justifiques, sigue siendo machismo. El pobre tipo? Minimol Hola Pablo, No me extraña que te sorprenda.
La publicidad de principios y mediados del siglo XX reproducía estereotipos y mensajes abiertamente sexistas. Aquel fanfarrón o baladrón, como se decía entonces tenía veintidós hijos de distintas mujeres. Pero a ver qué mujer se atrevía entonces a hacer lo mismo. Porque a una mujer con descendencia de varios hombres le hubieran escupido un perra, zorra o coneja. Pero aquel bordoneo ambiente acabó con el estruendo de las bombas de la Guerra Confesional. Y el franquismo otra vez metió a las mujeres bajo el dalmática del silencio.
Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el angelito, espantado, forcejeaba al acariciarlo la aporreado mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi edad irremediable, melodía monótona de la inquietud, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la circunloquio el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Y ahora la bajura del cielo me consterna; me exaspera su limpidez. El estudio de la belleza es un duelo en que el artista da gritos de terror antes de caer vencido.