Apenas me dio tiempo a saludarla. Sale del coche con mala cara, lógico, pero cuando me ve empieza a sonreír…» Susana se ríe y yo, como vosotros en este momento, ya sabía lo que vendría después. Bueno, pero te llamo porque, bueno, tengo que cancelar mi cita contigo». El experimento se desarrollaba con estudiantes sobre un puente colgante tipo primitivo y aparentemente inseguro y peligroso sobre un profundo abismo. A un lado estaba un hombre, al otro una mujer; ninguno de los dos sabía de la existencia del otro. No va muy concentrada, se salta el stop y tiene un accidente.
Esa situación puede ser una gran berrinche para la otra persona, y actualidad vamos a ver lo que se puede hacer. No te voy a engañar, lo mejor es olvidar a esa persona. El miedo a extraviar la libertad La primera causa de rechazo al compromiso es, en apariencia, un miedo a perder la liberación. Esas personas se imaginan una relación de pareja como una privación de su libertad. Piensan que ya no van a poder salir con sus amistades y que van a adeudar que pasar todo su tiempo libre con la pareja. Es una exageración, evidentemente, que olvida dos grandes cosas: por un lado las relaciones sanas cuidan el espacio personal de cada uno, y por el otro, cuando quieres a una persona, normalmente disfrutas el tiempo que pasas con ella, no lo ves como una anatema de prisión. Para saber por qué ciertas personas temen tanto el compromiso, normalmente hay que ir a admirar cuatro razones: El impacto de la infancia.
Piensa que la duda es consustancial a cualquier tipo de relación. De acción, como psicóloga nunca me canso de repetir durante las terapias de galán que no hay nada que no pueda intentar solucionar una buena y calmada conversación. Y, a partir de allí, saber si os podéis aclimatar a la nueva situación o efectivamente la situación no tiene arreglo posible. Cuando uno de los miembros de la pareja se siente atraído por alguien nuevo. Lo fundamental para que la cosa salga lo mejor posible para ambos, es que te mentalices, prepares una estrategia, es decir, un plan de acción.
Alicia llevaba tres meses en una no-relación con un chico que le encantaba cuando pasó lo impensable. Empezaron una noche de fiesta. A veces todavía pasaban el día siguiente juntos. Comían, veían películas, tenían sexo… Al mes, ella estaba ya coladita por él. Él seguía metido en Tinder y quedando con otras. Seguir siendo la «novia perfecta» sin ser novia, es decir, la folla amiga. Eso no ocurrió nunca. No es que eso no sea cierto, es que si alguien ya te ha dicho que no quiere nada serio, no significa que quiera pasarse la vida yendo de flor en flor, simplemente no quiere nada serio CONTIGO. No me digas que eso no te ha pasado a ti alguna vez.
Piensa que la duda es consustancial a cualquier tipo de relación. De acción, como psicóloga nunca me canso de repetir durante las terapias de galán es que no hay nada que no pueda intentar solucionar una buena y calmada conversación. Y, a partir de allí, saber si os podéis adaptar a la nueva situación o realmente la situación no tiene avío posible. Es el tiempo de que escuches atentamente y de forma activa todas las preocupaciones, las dudas y las quejas de tu pareja. Existen diversos estudios que indican que concomitar en creencias y valores es un punto muy importante a favor de la continuidad de la pareja. A pesar de ello, no deberías acabar tu relación porque tu pareja, por una causa de escasa importancia, te decepcionó o no cumplió con tus expectativas. Posiblemente también ha ocurrido al revés. Esta sería una recapitulación de dudas que podrían llegar a aovar en peligro la relación si no se atienden a tiempo: Infidelidad.