Imaginamos fantasías, y de tanto desearlo, en alguna ocasión se hacen realidad. Mi caso, es la realidad de un deseo, me he convertido en el marido cornudo y consentido que he deseado ser, siempre hemos fantaseado con situaciones en las que de una forma u otra nos hemos relacionado con otras parejas, chicas, chicos, hemos sido esclavos de nuestra pareja o hemos formado parte de un trío o cuarteto en el que mi mujer Ana era penetrada, sodomizada por varios hombres, o yo travestido por mi mujer y unas imaginarias amigas, lo mas perversas posible. Después de mi visita con ella, siempre fantaseaba con las azafatas de la convención o con alguno de los franquiciados, la animaba a que tuviera una aventura, a la vuelta de su segunda visita, me comentó que había conocido a una pareja que se habían iniciado en la compañía, había cenado con ellos y tomado una copa, yo le pregunté si todo había terminado en una copa, ella me dijo: Siempre estas pensando en lo mismo, mientras se evadía de la conversación. Yo me encontraba de viaje cuando me llamó para decir que estaba cogiendo un taxi en la estación para volver a casa, por la noche nos veríamos. Se nos hacia tarde, nos recompusimos y bajamos a la cena. La noche volvió a ser una clara muestra de sexo y sometimiento por su parte, me violo repetidamente con sus juguetes, me ha introducido bolas chinas y he sido su putita, he lamido sus pies y su sexo, me ha humillado de mil formas, y querido Arturo, me ha gustado, me enseñó algunas fotos de ellas dos en la cama o reflejadas en el espejo del baño medio desnudas.
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