No te llama Los chicos, por norma, siempre hemos dado el primer paso. Así pues, si pasan los días y él no ha dado señales de vida ni te ha enviado tres docenas de rosas o un pequeño pedrusco de Cartiermal asunto. Lo dicho; si no llama, mosquéate. Pensad en la situación: Acaban de presentaros a alguien y os ha encantado. Probablemente, a las mujeres os pasa que vuestros impulsos se dividen entre la timidez que os lleva a evitar mirarle a los ojo y las ganas, precisamente, de mirarlo todo el rato. A la inversa sucede lo mismo, sólo que los hombres tenemos que mostrar una falsa sensación de seguridad en nosotros mismos y tenemos que evitar apartar la mirada porque puede interpretarse un signo de timidez y hacernos bajar la guardia. No te toca No, no me refiero de esa manera, que también, o sea, tampoco. Vamos, que no te toca de ninguna forma. Cuando nos gusta una chica, a los tíos nos falta tiempo para rozarla con cualquier excusa.
Levante fenómeno social, lejos de ser una patología o un trastorno, se caracteriza por la sensación de no anatomía merecedor del éxito personal o lectivo y por tanto, sentirse culpable y con miedo de no poder guardar las expectativas. Normalmente, hablamos de personas muy autoexigentes y perfeccionistas, que ya desde la infancia han sido sometidas a ambientes de mucha responsabilidad y exigencia, provocando baja autoestima e endeblez. Estas personas se caracterizan por un alto grado de responsabilidad y autocrítica, ya que no han podido agigantar en un ambiente reforzante. Por ende, y aunque parezca paradójico, son personas que a pesar de haber logrado grandes logros a nivel académico y laboral a través de su ahínco, creen que sus logros se deben al azar o a factores ajenos a ellos. Creen que no son dignos de merecer ese reconocimiento. Asiduamente, estas personas se ven envueltas en un círculo vicioso: Ante la prejuicio de no estar a la altura de su puesto laboral, suelen aumentar sus esfuerzos para paliar su nervios. No obstante, como ya hemos antedicho antes, el síndrome del impostor no es una patología que figure en los manuales de psiquiatría, sino un fenómeno cultural y social, por lo que no es casualidad que mayoritariamente lo experimenten mujeres. De esta faceta, las mujeres internalizan una serie de esquemas sociales sobre cómo han de comportarse, qué se puede esperar de ellas y qué rol pueden gestar en la sociedad.