Los bebés se socializan cuando aprenden a leer las señales de aquellos que quieren agradar y ajustan su comportamiento como corresponde. Sin embargo, cuando buscamos la mayor parte de nuestra aprobación y autoestima en las opiniones de otras personas, estamos en el camino equivocado. La opinión popular cambia constantemente, y cuando ponemos demasiada importancia en eso, nos estamos preparando para una continua decepción. Mientras persigamos la popularidad como un medio para la felicidad, estamos entrando en la idolatría. Cuando encontramos nuestro valor personal en algo o en alguien aparte de Dios, estamos creando un ídolo. Un ídolo es alguna cosa o persona que usamos para satisfacer profundas y sinceras necesidades que sólo Dios puede suplir. Tenemos que desear tener un buen testimonio en el mundo Filipenses Un enfoque en la popularidad es una obsesión con uno mismo. El ansia de popularidad es parte del orgullo de la vida que se menciona en 1 Juan
He comprendido que soy una persona completa. Antes temía al rechazo y no aceptaba la idea de no gustarle a alguien. Esto hizo que mi mente se saturara por completo. Llegué a un punto donde ya no había cabida para mi. Cuando eres incapaz de negarte a hacer poco, te encadenas a los deseos de otras personas. Da lo mismo si es tu jefe, un amigo o un familiar. Hoy me apetece estar mi vida como la deseo. Muchas veces esto implica quedarme en apartamento o salir con menos personas de las que creía necesario. Y semejante vez lo son, pero cómo aprenderé si no tomo mis propias decisiones.
Alocución sobre el origen de la altibajo entre los hombres Jean-Jacques Rousseau Advertencia del autor sobre las notas Siguiendo mi perezosa costumbre de trabajar a ratos perdidos, he añadido algunas notas a esta obra. Estas notas se apartan bastante del asunto algunas veces, por lo cual no son a propósito para ser leídas al mismo tiempo que el texto. Quienes tengan el valor de empezar por segunda vez la lectura pueden entretenerse en distraer su atención hacia las notas, intentando una ojeada sobre ellas. Los pueblos, una vez habituados a los amos, no pueden ya pasarse sin ellos.